GUINEA ECUATORIAL: PANORAMA LINGÜÍSTICO.

 GUINEA ECUATORIAL: PANORAMA LINGÜÍSTICO.

2.1.         Descripción geográfica.

Guinea Ecuatorial está situada en África Central. Tiene una superficie de 28.051,46 Km2 y está dividido en dos Regiones: La Región Continental, 26.017 Km2, y la Región Insular, de 2.034 Km2, repartidos entre Bioko (2.017 km2) y Annobón (17 km2). Limita al Norte, con el río Etembo y Camerún; al Sur, con el río Muni y Gabón; al Este, con Gabón; y al Oeste, con el océano Atlántico. (Iyanga Pendi 2018:17). Administrativamente, el país se divide en dos Regiones, ocho provincias (incluyendo la nueva provincia de Djibloho), 18 distritos, 36 municipios, 716 consejos de poblados y, 344 comunidades de vecinos. (ONU 2013).

2.2.         Panorama lingüístico de Guinea Ecuatorial

Guinea Ecuatorial es, sin duda, una nación “marcada por la heterogeneidad. Un territorio continental y varios insulares, distantes entre sí, con poblaciones diferentes y experiencias históricas diversas”. (ÁlvArez-Chilliada, G. y Nerín, G. 2018:16). Por lo que, “no es un territorio monolingüe, ni siquiera bilingüe, sino que, […] es un crisol de lenguas […]” (Quilis, A. y Casado Fresnillo, C. 1995:27).

Desde el punto de vista lingüístico y antropológico, se identifican diferentes pueblos y lenguas: bubi, fang, ndowé, bisió, baseke, balengue, todas ellas del tronco bantú y dos lenguas de raíces extra-africanas: el fá d’ambô y el pidgin o pichi.

El español es lengua oficial desde 1968, así como “el francés y el portugués han pasado a ser cooficiales”, esta última, en 2007, cuando el país se hizo “observador asociado de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa” (Molina Martos 2019: 4).

Se han propuesto diferentes criterios de clasificación de las lenguas habladas en Guinea Ecuatorial. Nistal (2006:3), distingue tres tipos de lenguas: las lenguas indígenas, las lenguas oficiales, las lenguas de comunicación. Una clasificación idéntica es la que hace Bolekia (2001), en relación al continente (particularmente África subsahariana). Habla de un mosaico etnolingüístico, dominado por tres categorías de lenguas: lenguas indígenas, de bricolaje y oficiales:

2.2.1.       Lenguas oficiales.

 El concepto de lengua oficial se aplica a aquellas lenguas usadas como principal vehículo comunicativo en los ámbitos administrativos, educación y medios de comunicación. En Guinea Ecuatorial existen tres: el español, el francés y el portugués.

El español

Es la lengua oficial de Guinea Ecuatorial desde 1968 (Granda 1984). En el ecosistema mundial la variedad del español guineano “tiene como norma de referencia” debido al origen de los colonos, la variedad “castellana peninsular, junto con algunos rasgos que remiten a una histórica influencia catalana”. (Molina Martos 2006:12).  A pesar de los precedentes históricos “no sólo es idioma oficial” es pues un “vehículo de comunicación y de cohesión interétnica”, “una seña de identidad” tanto en nuestro entorno geográfico como centroafricano”. Sin embargo, más allá de su carácter oficial “el español hablado en Guinea Ecuatorial está colorido por numerosas particularidades observadas en todos los planos de la lengua”; estas particularidades “han llevado a la existencia de una norma endógena del español guineano” (Mohamadou, 2008: 216).

El francés

Antes de 1998, el francés, ya se difundía en nuestro país, a través de los Centros Culturales franceses y los programas de radio. De esta manera, “los que emigraron a los países vecinos vuelven conociendo el francés, que les sirve para comunicarse con las antiguas colonias francesas”. Este hecho facilita la difusión de esta lengua tras su oficialización en 1998, “no tiene una localización concreta” (Granda 1984).

El portugués

El portugués es la tercera lengua oficial de Guinea Ecuatorial, desde que el país se hizo miembro de la CPLP en 2007. (Molina Martos 2019: 4). Recientemente, se ha intensificado su difusión en la Embajada de Brasil en Malabo y los cursos de idiomas que ofrece el Departamento de Lenguas Modernas de la Facultad de Ciencias de la información y Filología Lingüística, en la  UNGE. Y es más que probable que “pueda llegar a ser a medio plazo algo más que una asignatura optativa de secundaria o una lengua de trabajo para algunos beneficiarios de becas.” (Pié Jahn 2009: 145).

2.2.2.      Lenguas nacionales o vernáculas.

Según el artículo 4º de la Ley Fundamental de Guinea Ecuatorial (2012:3) “se reconocen las lenguas autóctonas como integrantes de la cultura nacional”. Estas lenguas son el vestigio cultural de los pueblos autóctonos que integran este país y son:

El fang

El fang es una lengua del grupo A-70 o yaoundé-fang. Es de carácter tonal, y se habla igualmente en Gabón y el sur de Camerún. Esta lengua a diferencia de otras zonas “en Guinea Ecuatorial se conocen dos variantes: la del Norte, ntúmu, cuyo centro se hallaría en Bitam y se extiende hasta Kono, y la del sur, okak, que se extiende a la región de Medouneu (Medun).” (Bibang 2013:9).

·         El fang ntum. Se habla al norte del Río Benito (Río Wele), en localidades como Ebebiyín, Micomiseng, Nsok-Nsomo, Evinayong, etc.

·         El fang okak. Se habla, en Mongomo, Niefang, Akonibe, Mongomeyén., etc.  En este grupo dialectal, se destacan particularidades en la zona de Kogo y Mbini, fruto del contacto con la lengua ndowé.

El bubi.

Es una lengua conservadora, con arcaísmos nucleares de su familia lingüística (nigero-congolesa). Se habla en la isla de Bioko y presenta “diferencias fonéticas y léxicas, fruto de la propia evolución de la lengua, pero no impiden la comunicación entre unos habitantes y otros”. Tiene cuatro variedades diatópicas: Norte, Noreste, Suroeste y Centro-Este. (Bolekia 1991):

·         Variedad del norte (Ëtyö). También se llama ëtyö (Bolekia 2008:22). Este grupo dialectal presenta tres subdialectos: el de Rebola, el de Basakato o “dialecto de transición”. (Quilis, A. y Casado Fresnillo, C. 1995:28), y el de Bariobé.

·         Variedad del noroeste (Ëssö). Tiene como epicentro el distrito de Baney. Se caracteriza por arrastrar las palabras, por hablar con pausas, una lentitud y un ritmo pausado. También se habla en Topé, Cupapa, Baresó, Basuala.

·         Variedad del centro-este (Ëdyö I). presenta dos dialectos: el de Ureka y el de Moka/Ehoko.

·         Variedad del sudoeste (Ëdyö II). Esta variedad se habla en Batete, Belebú, Ruiché, Bocoricho y Buemeriba. Presenta rasgos diferenciales, debido a los procesos migratorias durante los primeros asentamientos de los bubis en la isla.

El ndowé

El ndowé es una lengua bantú-congolesa occidental hablada en la zona litoral de Bata, Corisco, Elobey Grande, Mbini y Bitika.  Iyanga Pendi (1992:37), sostiene que “la dispersión de las tribus y las escasas comunicaciones entre ellas […] han hecho que la lengua común de los ndowé se halle ramificada en gran número de variantes”.  Se distinguen dos grandes grupos lingüísticos: el ndowé a bouba y el ndowé a bongwe. 

·         Ndowé a boumba. En este grupo dialectal lo integran dos dialectos: el benga y el bapuku. El benga se habla en las islas de Corisco y Elobey Grande.

·         Ndowé a bongwe. Este grupo integra una variedad de dialectos: el iyassa, el kombe, el one, Bweko, Bomudi, Ndama, Moganda, Marry, Asonga, Mapanga y Mooma.

El bisió.*

Es una lengua bantú de Guinea Ecuatorial, emparentada con el kwassio, al sur de Camerún. También se conoce como bujeba.

El balengue. *

El balengue o molengue  es una lengua bantú minoritaria, hablada por los balengues.  Se usa en la franja costera, desde Punta Mbonda, hasta la frontera con Gabón.

El baseke. *

El baseke es una lengua hablado al norte de la región Continental, cerca de la frontera con Camerún. Cuentan con tres comunidades o pueblos en Guinea Ecuatorial, como Yengue, Ngonamanga y Viadibe.

2.2.3.      Lenguas híbridas o de bricolaje.

Las lenguas híbridas o acriolladas surgen por emergencia comunicativa, “en contextos multilingües en que la herramienta fundamental para el entendimiento de las culturas”. Estas categorías de lenguas se desarrollan “en función de una necesidad comunicativa específica y determinante”. (Pozo Pérez 2018:46). Moreno Cabrera, las considera una desvirtuación de la lengua “madre” u original:

Las lenguas criollas suponen una desviación respecto de las lenguas dominantes […] (Moreno Cabrera 2000:70).

 

Estas lenguas surgen del contacto cultural de africanos o americanos con las potencias coloniales, y constituyen “una variedad sumamente reducida de una lengua natural” (Lipski 2013: 1). A pesar de las anteriores hipótesis, “habrá que tener en cuenta otras variables influyentes en el entorno para poder clarificar las condiciones que permitieron que tuviera o se diera lugar el fenómeno”. (Zamora Segorbe 2009:83).

El pichi o pidgin

El pichi o pichinglis se habla en varias zonas de África, y en Guinea Ecuatorial. Es “una lengua criolla basada en el inglés” y “desciende del krio”. Llegó a la isla de Bioko durante el periodo colonial. La estructura sintáctica del pichi y el mayor porcentaje de su léxico deriva del krio sierraleonés. En cambio, las “situaciones históricas, sociales y geográficas, han aportado, al pichi de Guinea Ecuatorial un matiz propio: la presencia del léxico español y la influencia de las lenguas autóctonas”.  (Besari 2004).

El pichi es “el idioma predominante en los barrios más populosos de Malabo la capital y en algunos pueblos situados en la costa de Bioko […]” (Yakpo 2010: 9). Algunos de las zonas de mayor predominio son: Ñúmbili o Campo Yaunde, Ela-Nguema, Los Ángeles, Basupú Fistown, Sampaka, Basupú del Oeste, etc.  Se ha dividido las variedades del pidgin en tres niveles (Besari 2004):

·         Acropidgin. Es un pichi criollizado o evolucionado. Lo hablan los fernandinos y las personas educadas en el seno de la comunidad fernandina.

·         Mesopidgin. Es un pidgin en la etapa de criollización. Se habla entre matrimonios intertribales y por adolescentes aprendices del pichi que se encuentran en Malabo.

·         Basipidgin. Es más restringido y casual.  Se emplea para facilitar la comunicación en los mercados nacionales o en países como Nigeria, Camerún, Benín.

El fá d’ambô

 Es una lengua criolla, hablada en Annobón. Está sustentada en los diferentes orígenes lingüísticos y culturales de sus habitantes y ha conservado fuertes influencias con los “creolo” de Santo Tomé. Según Zamora Segorbe (2009:86), es una modalidad de habla portuguesa”, como las de “São Tomé y Príncipe”. Se concibe como una variante del portugués antiguo y del habla de los primeros trabajadores llevados a esta isla. Se distinguen dos variedades: fá d’ambô ritual y fá d’ambô popular:

·         El fá d’ambô popular. Es el más usado por la mayoría, pues es la lengua materna y de socialización entre los annoboneses.

·         El fá d’ambô ritual. Es una variedad muy restringida. La emplea unos cuantos, como los sanguitã (sacerdotes conocedores de la tradición ancestral) y las mãi víuva (o viuva).

2.3.         Políticas lingüísticas y situación social de las lenguas.

En la actualidad, la sociedad ecuatoguineana está experimentando “una transformación de su equilibrio plurilingüístico”. A raíz de eso, es necesario establecer un “grupo de normas y reglas creadas especialmente para influenciar o modificar el comportamiento verbal de una comunidad de hablantes.” (Hualde, J. y otros 2010: 521). Estos patrones se conocen como políticas lingüísticas.

Por un lado, observamos cómo el español (la lengua oficial) se ha ido consolidando y sigue en una puja con el pichi “compitiendo en la función de lengua franca intergrupal”. Por otro lado, en relación a “las lenguas africanas, el fang ha desplazado a otras lenguas vernáculas” teniendo en cuenta la densidad de la población de esta etnia. Y en este sentido, podemos “ver alterada la distribución de funciones sociolingüísticas en una comunidad plurilingüe”. (Molina Martos 2006: 9).

Guinea Ecuatorial maneja una política “lingüística exoglósica” (Molina Martos 2019). Es decir, que se emplea “una lengua no indígena”, sino lenguas “metropolitanas” o coloniales, para las funciones oficiales (Yakpo 2016) (J. Bibang 2016). La ley “reconoce” y “promociona” las lenguas autóctonas, a las que denominan “lenguas nacionales”, con un “bajo estatus de protección.” El art. 4º establece que “la lengua oficial” es el español, “las autóctonas se las considera sólo como parte del acervo cultural del país” (J. Bibang 2016).  La política lingüística “exoglósica”, no obliga a la utilización de las lenguas nacionales en los ámbitos oficiales (educación, administración, etc.), más bien, se quedan en un plano secundario, exclusivamente reservado a la esfera familiar.

Podemos percibir que “la situación del español en Guinea Ecuatorial es sin duda privilegiada” debido a su estatus respecto a las “lenguas ecuatoguineanas” y las otras “lenguas europeas, como el francés, el inglés o el portugués” (Molina Martos 2019:15).  Se observa que su nivel es más alto incluso en la mente de los usuarios. Así lo entiende Castillo Barrill (1966:60):

Escribimos en español porque es nuestra lengua, tan nuestra como las consuetudinarias, y no para hacerle un favor a nadie, no para identificarnos miméticamente con nadie, ni para luchar contra nadie, sino como vehículo de expresión de nuestras emociones y de nuestra vitalidad.

El español es la lengua oficial usada en la administración pública, en el ámbito de la enseñanza, los medios de comunicación y como lengua de comunicación interétnica. A través de los convenios diplomáticos “se ha logrado oficializarla en importantes organismos internacionales o africanos como la Comunidad Económica de Estados del África Central (CEFAC) o la Unión Africana (UA)”, de los que Guinea Ecuatorial es miembro. (Pié Jahn 2009:146). No obstante, a pesar de estar en una posición privilegiada, “el modelo de lengua que reciben en la escuela los futuros usuarios del español es insuficiente”. Esto se debe a que existen todavía lagunas por allanar, puesto que “la escuela, la familia y los medios de comunicación no garantizan un correcto uso de esta lengua” (Bolekia 2005).

Es importante destacar que “son muchas la fuerzas que intervienen en la instalación de una lengua como estándar nacional y entre ellas es decisivo el poder político y económico. Sin duda tales lenguas reflejan no sólo el habla sino también los intereses de las élites que controlan esos poderes” (Velasco Maillo 2013:204).

Las políticas lingüísticas deben llevarnos a la “normalización lingüística” y deben regular “políticas estatales y medidas sobre el uso de las lenguas en dominios importantes como la educación” (Bibang 2016). Sin duda, “un pre-requisito para la formulación, desarrollo e implementación de una política lingüística viable es la documentación de la herencia lingüística del país. En Guinea Ecuatorial, aún debe hacerse mucho al respecto” (Yakpo 2011:14, 19). 

2.4.         Ideologías y conductas lingüísticas en Guinea Ecuatorial. 

La lengua juega un papel fundamental en la configuración de la identidad cultural de cualquier individuo o sociedad humana. Esta, como instrumento comunicativo, “se presenta en todos sus aspectos como una dualidad: institución social, que es puesta a funcionar por el individuo.” (Beneviste 1999:52). Mediante la configuración de una “identidad lingüística” los usuarios de una lengua tejen una serie de ideas en torno a ellas, conocidas como “ideologías lingüísticas”.

El concepto de “ideología lingüística” surge en el campo de la antropología lingüística “como herramienta teórico-conceptual para el estudio de las ideas que los sujetos o hablantes se forman sobre su propia lengua o las lenguas de los otros”. Así mismo, constituye “[…] un sistema de ideas sobre una lengua, y el papel que esta desempeña y debiese desempeñar en la sociedad”.  (Cisternas 2017: 102,105).

Para llegar a entender la ideología de una comunidad idiomática es necesario partir del individuo. A partir una serie de factores como el estilo de vida, experiencias, y expectativas de los individuos de un mismo grupo social o núcleo familiar pueden reflejar “conductas lingüísticas” diferentes. Al mismo tiempo, “la conducta lingüística de los hablantes será más o menos estándar según la importancia relativa que la variedad lingüística legitimizada por los hablantes tenga en la vida socioeconómica de los hablantes”. (Silva-Corvalán, C. y Enrique-Arias, A. 2017:133).

La conducta lingüística y la ideología lingüística de un hablante están estrechamente ligadas a las aspiraciones y las actividades socioeconómicas de cada individuo y “emerge en un contexto sociopolítico y sociocultural determinado”. Ambos conceptos se ven influidas “por la posición que el sujeto ocupa en el espacio social” (Cisternas 2017:105).

Las expectativas de los hablantes de las lenguas vernáculas han condicionado bastante el uso de las lenguas, hoy llamadas “oficiales”. Sin duda, el “detrimento de la  lengua indígena es propiciado muchas veces por las élites africanas en cuyas manos está el aparato funcional de los países”: economía, administración, leyes, etc. (Bolekia 2001:69). Como lo matiza Escobar (1978:23), “el advenimiento del conquistador español explica la presencia de su lengua […] pero no necesariamente su uso actual ni las características que nos permiten distinguir las diferentes variantes”.

En nuestros días, “la lengua internacional auxiliar” (las exógenas) se ha catapultado en nuestras sociedades “como símbolo de poder, por cuanto que su conocimiento y uso adecuado permite la formación de la hilaridad bilateral en lo que a política se refiere, aun a costa de los derechos lingüísticos y culturales de los pueblos afectados”. (Bolekia 2001:69). Un ejemplo palpable se aprecia en la política exoglósica de la que goza Guinea Ecuatorial.

En lo últimos años se han realizado diferentes acuerdos políticos y económicos, aceptando igualmente una serie de lenguas  de inclusión y comerciales: el francés, el inglés, el chino (estudiado en el Instituto Confucio de la UNGE) y el portugués. En definitiva, el esfuerzo por la revitalización de las lenguas nacionales ha sido el mínimo o nulo en muchos de estos contextos. Por necesidades diplomáticas o económicas se han adoptado dichas lenguas que a pesar de reafirmar nuestra situación plurilingüística, subordinan nuestras lenguas. En nuestro caso, no se ha logrado consolidar el aprendizaje de ninguna de esas lenguas: el español (lengua oficial) no ha dado el salto que se podría esperar de él. Y esto ha llenado de preocupación a muchos especialistas:

Por un lado, Bibang (2016), declara: “[…] me preocupa la calidad del español utilizado en los medios de comunicación que estimo francamente mejorable” y “debo llamar la atención sobre esta situación, con vistas a su mejora. Por su parte, Bolekia (2015), considera que “el modelo de lengua que reciben en la escuela los futuros usuarios del español es insuficiente.” Los responsables de esta gran tarea “[…] no garantizan un correcto uso de esta lengua. [...] los que hacen un uso correcto de esta lengua […] son un porcentaje mínimo” y el uso de las lenguas nativas es residual.

2.5.         Ideología y actitud lingüística de las etnias bubi y fang.

Para acercarnos a la ideología y actitud lingüísticas de los bubi-hablantes y fang-hablantes, al tiempo que usuarios del español “es importante considerar […] la intensidad del contacto, las necesidades semánticas y pragmáticas de los ciudadanos, el prestigio o desprestigio de las lenguas que conviven, el uso que se hace de sendos sistemas y las actitudes y creencias lingüísticas que manifiestan los hablantes”. (Nguen Djo 2007: 292).

Las actitudes y prácticas lingüísticas son determinantes a la hora de promover idiomas minorizados y esa predisposición al multilingüismo podría ser un pilar para construir comunidades diversas e inclusivas (Junyent, 2009). Sin embargo, hay una gran diferencia entre el bubi y el fang, teniendo en cuenta que el proceso de colonización entre esos dos pueblos no ha sido el mismo.

Es obvio, que “una de las actitudes propias del guineano con respecto a la lengua española es la facilidad con la que crea e inventa palabras nuevas calcadas sobre el formato de otros términos ya existentes” o toma prestados términos de su lengua materna o aquella con la que han convivido (Nguen Djo 2007: 118).

Por lo general, la actitid lingüística de muchos usuarios del español, en su virtud de lengua aprendida, “se encuentra supeditada a unos fines específicos vinculados al mundo laboral”. (Crismán-Pérez, 2018:22)

Los bubis, “por la influencia de los Ingleses en la Isla de Bioko en la primera mitad del siglo XIX, y la nutrida presencia de trabajadores Nigerianos […] ha adoptado el pidgin-english como lengua de relación”. De igual modo, el fang “como individuo se ha visto obligado a adoptar también la lengua de relación (el pidgin-english) para poder realizar sus transacciones comerciales entre la población bubi, krió y africana usuarias de dicha lengua”. Se puede destacar una influencia el francés de Camerún y Gabón, y el propio pichi; cuyos matices se aprecian en gran parte de su léxico. (Bolekia 2001:35).

Aunque la condición de estas dos lenguas es diferente, en ambos grupos se aprecia una aceptación de elementos foráneos que de una forma u otra influyen en la conducta hacia sus lenguas. Hay que destacar que “el nivel histórico, la trayectoria sociopolítica del país es bastante determinante en la transferencia de nuevos valores semánticos a algunas voces españolas”. (Nguen Djo 2007: 399).  Al mismo tiempo, esos factores configuran una idea sobre las diferentes lenguas que manejan.

No es de extrañar que tanto bubi como el fang haya absorbido un considerable número de voces del pichi y el francés. Este fenómeno aparentemente insignificante es “un proceso de asimilación lingüística por el que los hablantes de una lengua aprenden otra” y lentamente “dejan de usar la primera o de transmitirla a sus hijos”. De este modo, la lengua materna “se contrae hasta caer en desuso”. (Toscano 2011:36)



*Estas tres lenguas deben ser revalorizadas. Están en peligro, debido al bajo porcentaje de la población que constituye estas etnias minoritarias y existen pocos trabajos sobre ellas.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

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Comentarios

  1. Guinea Ecuatorial es un mosaico plurilingüe y multicultural cuyo legado descansa en manos endebles.

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